La situación del coronavirus en la que nos encontramos es totalmente novedosa y quien más quien menos, se está enfrentando a diferentes tipos de dificultades, ya sean económicas, de salud, de duelo, familiares, de crianza… Este último punto igual está siendo especialmente complicado para las familias con un hijo/a con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Entre otros síntomas, que puedes consultar aquí, las personas con TDAH se caracterizan por ciertas dificultades en:

  • Funciones ejecutivas
    • Planificación
    • Memoria de trabajo
    • Control inhibitorio
    • Diferentes tipos de atención
  • Información relativa al “tiempo”
    • Aplazar recompensas
    • Estimación del tiempo
    • Procrastinación
  • Regulación emocional
    • Manejo de la frustración
    • Control de la activación

Teniendo en cuenta estas características, se pueden hacer más comprensibles las situaciones en las que el/la menor debe cumplir con ciertas responsabilidades, y en su lugar, aparecen conductas disruptivas (explosiones emocionales, pataletas, rabietas…). Debido a la dificultad del momento, muchas veces se realizan conductas poco apropiadas como confrontar al/la menor, establecer castigos en el momento de conflicto, comentarios como “siempre te portas mal”…

¿Qué se puede hacer?

Nuestra recomendación principal es asistir a terapia (cuando se pueda) o pedir ayuda telefónica o vía online de manera individualizada, ya que no hay dos niñas/os iguales y no se aplica el mismo tratamiento para todo el mundo. Dicho esto, sí que nos gustaría dar alguna idea que pueda ayudar a la convivencia.

Lo fundamental es anticipar. Aprovechamos algún momento de calma para explicar qué se va a hacer y qué va a suceder cuando se den las explosiones emocionales.

Lo explicaremos con un ejemplo sencillo como el comer verduras. Él/ella ya sabe que le toca verdura, sin embargo, llega el momento y se da una conducta disruptiva. Sabemos que tiene dificultades para regular el pensamiento y la emoción, por tanto debemos ayudarle a encontrar soluciones necesarias. Se le dan pensamientos alternativos directos, sencillos, con pocas palabras como ofrecer un postre que le guste; decir “el fin de semana tocaba pizza, si te comes la verdura podemos cenarla hoy”… Dar 2 o 3 opciones de solución antes del descontrol, en un tiempo limitado. Debe escoger en este tiempo. Si no escoge ya sabe de previo aviso, que se quedará sin un reforzador motivante para ella/él (película, algún juego…). Se le puede ayudar nombrando una palabra clave (tornado, furia…) que él/ella ya asocia a lo que le está pasando y las consecuencias que eso conlleva. De igual manera, es importante reforzar siempre, en especial aquellas conductas que al niño/a le cuestan y en las que está haciendo pequeños progresos.

Al entrar en explosión emocional, debemos haber delimitado previamente con ella/él un espacio de calma, donde irá a pensar, tranquilizarse… se debe haber trabajado que no es un castigo, se remarca que entendemos cómo se siente (triste, enfadado…) y es difícil para él/ella. Este espacio se entrega como una ayuda para gestionar las situaciones. No se les da mayor atención, ella/ él igual está buscando precisamente eso. Se actúa con normalidad y calma. Recordad que los niños/as copian a los adultos.

Puedes encontrar información sobre el TDAH en:

https://www.fundacioncadah.org/web/

https://www.personascontdah.org/

 

Borja Martí Roca

Psicólogo Generalista Sanitario

Responsable área infantil

Altana Psicólogos

 

Photo de dorota dylka extraída de Unsplash