Ante la nueva situación que vivimos podemos observar cómo los niños/as y adolescentes pueden presentar cansancio, miedos, dificultades en el sueño, en la alimentación, en el humor mostrando enfado, tristeza… También es probable que fruto de estas emociones, se generen momentos de tensión familiares que sea necesario gestionar. En un post futuro os hablaremos de la regulación emocional. Así pues, el presente documento elaborado por nuestro especialista en Psicología infantil, pretende ser una mera guía de recomendaciones. El objetivo por tanto, es señalar algunas ideas de convivencia saludable a nivel personal y familiar.

0. Conviene remarcar de inicio la importancia de escuchar la opinión del/la menor y hacerle sentir importante en la ejecución de las tareas.

1. Establecer un horario, una rutina. Los horarios dan estructura a la persona, cierto equilibrio. Se produce una sensación de satisfacción al ver que hemos cumplido objetivos y debido a ello hemos disfrutado de otras actividades que pueden ser más agradables (juegos, tele, descanso…).

  • Sentarnos y dedicar un tiempo a elaborar un listado con tareas/actividades que vamos a llevar a cabo. Se nos presenta un tiempo estupendo para poder hacer cosas que de normal no podemos. Despertad la imaginación.
  • Importante marcar horas de acostarse y levantarse, si no, generamos un círculo vicioso difícil de romper (me acuesto tarde – me levanto tarde – comida a deshoras o con desgana – no participo en actividades familiares – me encuentro ocioso…).
  • Marcar horas que se va a dedicar a hacer deberes, estudiar, hacer alguna tarea doméstica (limpiar, ordenar, guardar la compra, ayudar en la cocina, hacer lista de la compra, habitación…), hacer deporte, y demás actividades que se hayan confeccionado en la lista.
    • El calendario no tiene por qué ser extremadamente estricto (sí en las horas de acostar y levantar). Igual una buena idea es establecer objetivos diarios y de manera conjunta ver como es mejor organizarse ese día.

2. Establecer momentos íntimos familiares. Las comidas y cenas son un momento interesante para fomentar diálogo entre padres/madres e hijos/as preguntando qué tal están, pidiéndoles opinión sobre diferentes temas, escuchando sus anécdotas, contando las propias… Siempre desde un tono amable, agradeciendo sus conductas, sus buenos comportamientos, el hecho de que compartan información con el resto de personas… Practicar esa capacidad de detectar algo positivo (una cualidad, un esfuerzo) de nuestros hijos/as para reforzarla.

Además se puede buscar otro momento de reunión familiar para tratar los temas que se vean necesarios. Al igual que en las cenas y/o comidas en estos momentos se puede compartir emociones (empatizar y decir que eso que sienten es normal y que tienen una familia que los/las apoya), escuchar sus preocupaciones, se puede dar las gracias, pedir perdón… En caso de querer modificar una conducta, pedírselo en un momento distendido, no en medio de un conflicto, y a la vez que se le valora lo positivo que hace. En definitiva, hacer vida en familia.

3. Momentos lúdicos familiares

    • Si a los miembros les apetece, y se dispone de ellos en casa, se puede echar mano de juegos de mesa, cartas, puzzles, juegos tradicionales… la idea es compartir momentos juntos de manera auténtica, y no simplemente compartir un espacio físico.
    • Películas, series, representar un teatro, hacer una cabaña bajo la mesa, jugar a la consola, decorar, bailar, buscar formas en nubes, deporte…
    • Cocinar (aprender para los que todavía no saben), practicar recetas.
    • Listado de cosas a hacer cuando pase el confinamiento.
    • Pintar en el suelo, plastilina, arcilla, crear historias/cuentos …
    • Recordar viajes, historias familiares, éxitos del/la menor, hacer árbol genealógico, hacer álbum de fotos…
    • Un largo etcétera, ¡Creatividad!

4. Momentos personales. Tan importante es pasar momentos en familia como respetar los momentos individuales. Aquí dependiendo de la edad, cada madre/padre sabe lo mejor. En estos espacios cada niño/a o adolescente puede hacer lo que crea conveniente (siempre con sentido común). Los padres/madres pueden dar ideas: leer (si no tenemos libros, hay portales en internet donde obtener e-books), juegos, manualidades, papiroflexia, pintar, escuchar música (sin molestar a los demás), si se tiene la oportunidad aprender a tocar un instrumento, investigar cosas que le resulten curiosas, y de nuevo, un largo etcétera.

5. Relacionado con éste último punto, aprovechar el tiempo que se nos presenta como oportunidad de hacer cosas nuevas. Cosas que cuando vuelva la rutina no podamos hacer con tanta facilidad.

6. Deporte y alimentación sana. Tanto adultos como menores OBLIGADO hacer un mínimo de deporte. Cada día, cada dos días, cada tres. Cada uno/a conoce su situación mejor que nadie. En internet hay multitud de ejercicios para todas las edades y niveles.  Con el deporte nos movemos, nos activamos, liberamos entre otros, endorfinas y dopamina. Mejoramos el humor, las funciones cognitivas (como concentración, memoria), por no hablar de todos los beneficios físicos.

7. Facilitar el contacto con familiares y amigos/as por videollamada. También es una buena idea salir a las 20.00h a las terrazas o ventanas, no solo como gesto de agradecimiento sino para ver que hay más gente en la misma situación, que no somos los únicos/as así, y si se puede, entablar conversación con vecinos.

8. Parece algo evidente, pero hay veces que es necesario recordarlo. Nos referimos a mantener una higiene diaria. No descuidarnos y dejarnos aunque no nos vaya a ver nadie.

9. Diferenciar las rutinas diarias de las de fin de semana. Fin de semana debe ser todo mucho más lúdico.

10. Sé ejemplo. Todas las palabras se desvanecen como arena entre los dedos si no van acompañadas de comportamientos. No pretendas pegar y que tu hija/o no pegue por mucho que le digas que no debe hacerlo, no pretendas fumar y que tu hijo/a no fume, insultar, procrastinar, mal-gestionar las emociones… Si lo necesitas, tómate un respiro, habla con alguien, dúchate, haz relajación, deporte. Cuídate, toma aire y actúa adecuadamente. En caso de equivocarte, perdónate e intenta hacerlo mejor la próxima vez. También puedes aprovechar el momento para pedirle perdón, y ser ejemplo. Todos fallamos.

11. Para familias que estéis en proceso de terapia, ante cualquier suceso de vuestro hijo/a que consideréis relevante, anotadlo. Mantened un registro de conductas (tanto del menor como del adulto). Así podremos trabajarlo en sesión cuando todo vuelva a la normalidad.

12. Por último, recuerda que la terapia definitiva es trabajo y amor. Cualquier necesidad en la que pueda echar una mano, no dudes en llamarnos.

 

Ánimo, sé ejemplo. La realidad no es lo que nos ocurre, sino lo que hacemos con lo que nos ocurre.

 

 

Borja Martí Roca

Psicólogo Generalista Sanitario

Responsable área infantil

Altana Psicólogos