La situación de alarma por el Coronavirus nos está conectando en muchos casos con el dolor y el sufrimiento. ¿Qué podemos aprender de Viktor Frankl y su experiencia (extrema) de confinamiento? Sin querer comparar ambas situaciones, sí podemos aprender mucho de este autor y de la logoterapia.

Víctor Frankl nació en Viena el 26 de marzo de 1905 en el seno de una familia judía. Desde que era un estudiante universitario y envuelto en organizaciones juveniles socialistas, Frankl empezó a interesarse en la psicología. En 1930, logró su doctorado en medicina y fue asignado a una sala dedicada al tratamiento de mujeres con intentos de suicidio.

Al tiempo que los nazis llegaban al poder en 1938, Frankl adoptó el cargo de Jefe del Departamento de Neurología del Hospital Rothschild, el único hospital judío en los tempranos años del nazismo. En 1942 él y sus padres fueron deportados al campo de concentración de Theresienstadt. También su mujer embarazada fue trasladada a uno de los campos donde falleció.

Frankl sobrevivió al Holocausto, habiendo vivido desde 1942 a 1945 en cuatro campos de concentración nazis, incluyendo el de Auschwitz. Por su experiencia previa con mujeres que intentaban quitarse la vida y por su experimentum crucis, como él mismo denominó a su experiencia vital y trascendente durante el tiempo en los campos de concentración, Frankl perfeccionó un acercamiento revolucionario a la psicoterapia conocido como logoterapia.

El eje conductor de este acercamiento es el encontrar y seguir un sentido en tu vida, que permita desarrollarte en toda tu capacidad. Ese sentido se construye con valores y, desarrollándolos, conseguiremos una vida más plena.

En estos momentos estamos atravesando una situación extra-ordinaria. Este es un tiempo, tanto de dolor, como de crecimiento, como de vacío existencial. Todas posibilidades están relacionadas, pero no se han de producir todas ellas necesariamente. Pero sobre todo, no incurramos en el error de pensar que sólo existe la posibilidad del crecimiento ante la adversidad. Esta puede ser una situación dura para algunas personas. Y cualquier pérdida implica un duelo y ha de ser abordado.

CRECIMIENTO

Esta situación también puede ser un momento de crecimiento y expansión personal y familiar. Podemos alinear esa brújula de nuestros valores y dar lo mejor de nosotros/as mismos/as. Seguramente, encontremos sentido en esta situación.

DOLOR

Nos encontramos situaciones en la que estamos alejados físicamente de nuestros familiares y amigos, estamos perdiendo seres queridos sin poder despedirnos, en la que puede haber cambiado nuestra situación laboral y ahora es más demandante, o podemos haber perdido el empleo, a lo mejor debemos compaginar nuestro trabajo con el cuidado y atención de nuestros hijos/as o algún familiar… Podemos sentir angustia, enfado, rabia, desesperanza. Y es normal. Démonos tiempo y dejemos que las emociones fluyan, para ver cuál es la necesidad real detrás de ellas, e intentemos darle respuesta.

No olvidemos que Maslow nos decía que debemos tener cubiertas las necesidades fisiológicas, de seguridad, y sociales, para poder sentir confianza, éxito, etc. y por ende, autorrealizarnos. Necesitamos alimentarnos, descansar, sentirnos seguros, disponer de recursos y por ejemplo, tener empleo, tener salud, sentir cerca a los familiares y a las amistades con su afecto e intimidad. Hemos de abordar la pirámide desde su base.

VACÍO EXISTENCIAL

Frankl nos hablaba de si el sentido es lo que buscamos, el sin sentido es un agujero o un hueco en tu vida, un vacío. Frankl sugiere que uno de los signos más conspicuos de vacío existencial en nuestra sociedad es el aburrimiento. Puntualiza en cómo las personas con frecuencia, cuando al fin tienen tiempo de hacer lo que quieren, parecen ¡no querer hacer nada!

De manera que intentamos llenar nuestros vacíos existenciales con “cosas” que aunque producen algo de satisfacción, también esperamos que provean de una última gran satisfacción: podemos intentar llenar nuestras vidas con placer, comiendo más allá de nuestras necesidades, teniendo sexo promiscuo. Igual de desadaptativo es llenar nuestras vidas con el trabajo, con la conformidad, con la convencionalidad. La cualidad que define esto es que no importa lo que hagamos, nunca será suficiente. No le encontraremos sentido.

¿CÓMO HALLAMOS SENTIDO EN ESTA SITUACIÓN?

Entonces, ¿cómo encontramos nuestro sentido? Frankl nos presenta tres grandes acercamientos.

El primero es a través de los valores experienciales, o vivenciar algo o alguien que valoramos. Aquí se podrían incluir las experiencias pico de Maslow y las experiencias estéticas como ver una buena obra de arte o las maravillas naturales (virtualmente). Pero nuestro ejemplo más importante es el de experimentar el valor de otra persona, a través del amor.

La segunda forma de hallar nuestro sentido es a través de valores creativos, es como “llevar a cabo un acto”, como dice Frankl. Esta sería la idea existencial tradicional de proveerse a sí mismo con sentido al llevar a cabo los propios proyectos, o mejor dicho, a comprometerse con el proyecto de su propia vida. Incluye, evidentemente, la creatividad en el arte, música, escritura, invención y demás. También incluye la generatividad de la que Erikson habló: el cuidado de las generaciones futuras.

La tercera vía de descubrir el sentido es a través de los valores actitudinales. Estos incluyen tales virtudes como la compasión, valentía y un buen sentido del humor, etc. Pero el ejemplo más famoso de Frankl es el logro del sentido a través del sufrimiento.

El autor nos brinda un ejemplo de uno de sus pacientes: un doctor cuya esposa había muerto, se sentía muy triste y desolado. Frankl le preguntó, “¿Si usted hubiera muerto antes que ella, cómo habría sido para ella? El doctor contestó que hubiera sido extremadamente difícil para ella. Frankl puntualizó que al haber muerto ella primero, se había evitado ese sufrimiento, pero ahora él tenía que pagar un precio por sobrevivirle y llorarle. En otras palabras, la pena es el precio que pagamos por amor. Para este doctor, esto dio sentido a su muerte y su dolor, lo que le permitió luego lidiar con ello. Su sufrimiento dio un paso adelante: con un sentido, el sufrimiento puede soportarse con la dignidad.

REFLEXIONES FINALES

Pese a que vivamos en una situación de incertidumbre, que además puede causar dolor, tenemos la responsabilidad de enfrentarnos a las olas y la libertad de elegir cómo afrontar la travesía.

Si quieres conocer algo más de este autor, te recomendamos estas lecturas:

– V. Frankl (2013). El hombre en busca de sentido. Herder.

– V. Frankl (2003). Ante el vacío existencial: hacia una humanización de la psicoterapia. Herder.

 

Alexander Rose

Psicólogo Generalista Sanitario

Formación en Logoterapia y en Psicoterapia Gestalt

 

En una futura entrada en nuestro blog, abordaremos cómo enfrentarnos a un duelo para que el sufrimiento sea menor, y con mayores garantías de cierre. Recuerda que puedes contactar con nosotros para concertar una cita presencial u online y, si precisas asistencia psicológica urgente, puedes acudir también al siguiente recurso:

Teléfono orientación psicológica Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana